Menos basura, más materia prima
Aumenta la población, aumenta el consumo, aumentan los desechos. La ecuación es fatal. Mientras tanto, en algunas ciudades los rellenos sanitarios dejan de ser rellenos para ser montañas de basura que no llega a biodegradarse y que, en algunos casos, sirve como alimento para aquellas personas que no pueden acceder a un plato de comida diario. Esta es la realidad de muchos lugares en el mundo, incluyendo a nuestra querida Buenos Aires.
El tema del reciclaje viene buscando lugar en la agenda hace un tiempo, pero aun no llega a pisar fuerte. Asoma tímida entre las recientes preocupaciones por la ecología y los cambios climáticos. Sin embargo, la mayoría de la población desconoce la capacidad que hay de rehusar los desechos. El principio de la solución: reemplazar la palabra basura por residuos.
Los residuos son los restos que quedan luego de haber utilizado o consumido algo. Y el hecho que por lo general se desconoce es que el 70% de ellos pueden ser reciclados y reutilizados, sin la necesidad de acumularse en rellenos sanitarios. De esta forma, lo que nosotros desechamos como basura, se convierte en la materia prima de nuevos productos.
La Argentina produce más de 12 millones de toneladas de basura por año. Cada persona genera 1 kilo de basura diaria. Y se espera que esta cifra alcancé un 24% en 2025 si no se implementan resoluciones de inmediato. La utilización de productos y envases bajo la mentalidad de “usar y tirar” se ha masificado sin reparar en las consecuencias que esto tiene para la salud y para nuestra madre tierra.
Pero la Argentina no es el único país en el mundo que tiene o ha tenido problemas similares, y es por eso que hace varios años se adoptó el plan Basura Cero. El mismo engloba las medidas tomadas en distintos puntos del planeta para reducir la cantidad de basura que generamos y fomentar el reciclaje y reutilización de residuos.
El caso Oslo: nuestra meta
Oslo, la capital noruega, se encuentra en una situación opuesta a la nuestra: sufre de escasez de basura. Lo que para muchos suena como un objetivo imposible de alcanzar, para los noruegos es algo asentado en la cotidianeidad.
Mediante la adecuada separación de basura y plantas de reciclaje, Oslo no solo se ha quedado sin residuos sino que ya los importa de Inglaterra. Las escuelas de Oslo obtienen su electricidad del reciclaje, al igual que muchos hogares obtienen de allí su calefacción. La energía renovable es un estandarte en la vida de los ciudadanos.
Este óptimo resultado de basura cero es el fruto de años de campañas gubernamentales para educar a los ciudadanos en la reducción y reutilización de los desechos. Y es para nosotros un ejemplo contundente de que Basura Cero es un proyecto alcanzable. (Conoce más sobre el caso Oslo)
¿Sabías qué?
- La Argentina produce más de 12 millones de basura por año.
- En Argentina, cada habitante genera 1 kg. de basura diaria.
- El mayor aporte de basura proviene de la Provincia de Buenos Aires, con más de 4 millones de toneladas por año.
- El menor aporte de basura proviene de Tierra del Fuego, con 26 mil toneladas por año.
- La Ciudad de Buenos Aires está en segundo lugar, con más de 1 millón de toneladas por año.
Primera parada: concientización
Creando Conciencia es una cooperativa que nació de la fusión de una necesidad social y de una ecológica. Por un lado, la urgencia de reinsertar al mercado laboral a aquellas personas que, tras la crisis de 2001, vivían de vender cartón. Por el otro, el inminente crecimiento de la basura que necesitaba una solución urgente.
Así fue como surgió a fines de 2005 esta cooperativa dedicada a la recolección de residuos para su reutilización, dándoles, a la vez, trabajo a quienes lo necesitaban.
Creando Conciencia está ubicada en Benavídez, donde aparecieron sus primeros clientes. El barrio privado de Santa María de Tigre y los de Nordelta fueron los pioneros en adoptar el sistema de la cooperativa. Y hoy ya se reciclan 3,5 toneladas de residuos por día.
Adrián Sciortino, Secretario de Creando Conciencia, asegura que si bien la gente tiene más presente la importancia del reciclado, todavía falta mucho camino por recorrer. “La mentalidad de la gente es que es basura; no es basura, es residuo y se puede reutilizar”, explica.
Él trabaja en la cooperativa hace cinco años. Encontró allí un espacio donde su interés por la sociedad se convierte diariamente en acción. Su impulso de cada día son todas aquellas personas que apuestan por lo que Creando Conciencia hace y sostiene.
El proceso es simple. Primero se recolectan los residuos previamente separados por los vecinos. Los húmedos van directamente al CEAMSE. Los secos se llevan a la planta de la cooperativa donde se separan, acondicionan y reinsertan como residuos reciclables. La reinserción consta de vender dichos materiales a empresas que los utilizan como materia prima. “Para que todo esto sea posible, es importante que los vecinos entiendan de qué se trata. Por eso nosotros damos charlas educativas antes de vender el servicio explicando los pasos a seguir y el proceso”, cuenta Adrián.
Magalí Arredondo es una joven que entró a Creando Conciencia hace cinco años. Empezó separando basura y hoy ya es parte de la administración de la cooperativa. Feliz por el crecimiento de la misma, Magalí asegura que hoy en día la gente es más consciente de la necesidad de reciclar, pero que no se conoce la importancia real y el significado de fondo que tiene.
“Creo que el tema del reciclaje está de moda y la concientización creció por eso, pero no se termina de entender cuál es el problema real detrás de esto”, nos cuenta. “Hay mucha información errónea en los medios acerca de qué materiales son reciclables y cómo hacerlo”. “Creo que el desafío hoy es que se entienda cuál es el trasfondo de todo y no que simplemente se haga por hacer”.
Ciudad Verde
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se ha responsabilizado por la causa del reciclaje y el cuidado de la naturaleza. A través de su programa Ciudad Verde, promueve la importancia de separar los residuos según sus materiales en los tachos diferenciales que hay en la ciudad.
La concientización ciudadana sobre la importancia de reciclar basura ha crecido notablemente en los últimos años. Entre los objetivos que el Gobierno promueve, están los de reducir la cantidad de residuos a enterrar y aumentar los materiales que reingresan como materia prima pos-consumo.
La campaña se viene llevando a cabo a través de grandes carteles con el lema “BA Ciudad Verde” en distintos puntos clave de la ciudad, especialmente en plazas y puntos comunes. Además, han difundido explicaciones en pasos sencillos acerca de cómo separar y arrojar la basura.
Cambio de paradigma
Todavía hay mucho por hacer pero poco a poco vemos cómo empresas, emprendedores, ONGs, barrios, gobiernos y gente común y corriente se suman a iniciativas sostenibles poniendo en el centro al entorno y a las personas. Ellos tienen una visión profética y saben que de continuar dentro del paradigma de consumo desenfrenado, los únicos perjudicados seremos nosotros, las personas. Vienen con aires renovados a tratar de educar en un nuevo paradigma, el del cuidado. Esta vez un modelo que implica un valor. Su pedagogía se basa en el diálogo, el ejemplo y en la búsqueda del equilibrio. Para pasar de uno a otro sólo hace falta la propia voluntad.
Publicado en la Revista Tigris de marzo – abril 2015/ Nota de mes
Texto: María Stellatelli /Foto: Silvina Woodgate
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