Ambiente Regional

Texto: Gabriel Burgueño

Nos podemos preguntar…

¿Cómo era el ambiente originario en la región rioplatense?

¿Qué especies vieron los pueblos originarios y los primeros europeos sobre las pampas?

¿Qué valores tiene este paisaje del pasado para nuestro presente?

¿Cómo se pueden potenciar estos elementos?

Estas preguntas son frecuentes a la hora de pensar cómo regenerar un ambiente destruido o ausente. Los paisajistas tradicionalmente diseñan jardines o parques en relación a las costumbres estéticas, que si bien son clave, no son las únicas variables a tener en cuenta para que funcionen bien desde la mirada ambiental.

Uno de los motivos de esta construcción del paisaje sin naturaleza es la variedad de razas que constituye nuestra sociedad, donde si bien hay mucha sangre americana de origen, se mezcla con las de orígenes europeos. Así somos, tenemos que aprenderlo y valorarlo.

Otra razón es el desconocimiento sobre las virtudes de los ambientes regionales. Por eso reflexionar sobre cómo eran estos paisajes es un ejercicio necesario para buscar la sustentabilidad.

El Río de la Plata es una región de confluencia de elementos que “vienen” por las riberas de los Ríos Paraná y Uruguay (Delta e Islas); a la vez que cuenta con especies propias del Espinal (la región natural que incluye los bosques de sierras por ejemplo en Córdoba o San Luis) y de más está decir, el ambiente más abarcador es el de los pastizales que cubre la región Pampeana. Esta transición entre las tres eco regiones significa una gran variedad de condiciones de suelos, ambientes, microclimas y escenarios que se traducen en diversidad de especies de plantas y animales. Por eso decir que en Buenos Aires no había árboles o que sólo había pastos es desconocer esta riqueza y lamentablemente es una versión muy instalada.

Los habitantes de unos siglos atrás vieron praderas como ambiente más amplio, pero acompañado por bañados, bosques de barranca, selvas de riberas, matorrales y otros biomas. Algunos de las especies más típicas –muchas conocidas por que están en otras provincias también- son ceibo, sauce criollo, canelón, palmera pindó, tala, algarrobo, espinillo, curupí y varios más.

 Algunos de los rasgos que observamos en San Sebastián, son:

  • Relieve casi plano, con poca pendiente y con praderas, típico de la región pampeana.
  • Vegetación espontánea en las riberas del Río Luján y bordes de arroyos y lagunas.
  • Remanentes de bosques autóctonos.

¿Qué podes hacer vos para potenciar estos elementos?

– Reflexionar sobre lo que compartimos para aprender más,

– Leer más sobre el tema -hay mucha información en la web y bibliografía.

– Planta algún árbol, arbusto o trepadora nativa (visitanos en www.grinc.com.ar y mirá la aplicación para sumar especies regionales en el espacio verde: www.grinc.com.ar/app) y así vas a descubrir los animales silvestres que atraen como mariposas y aves, entre otros.

 

 

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